San Francisco de Asís, quiso celebrar la Navidad de 1223 representando el primer pesebre
viviente, en la pequeña y humilde localidad de Greccio, motivo por el que la Familia
Franciscana, está celebrando los 800 años de este acontecimiento.

El biógrafo Tomás de Celano, nos describe el hecho de esta manera:
“Unos quince días antes de la navidad del Señor, el bienaventurado Francisco llamó a un
hombre llamado Juan y le dijo: «Si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor,
date prisa en ir allá y prepara prontamente lo que te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria
del niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió
en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno
entre el buey y el asno». Llegó el día, día de alegría. El santo de Dios viste los ornamentos de
diácono, pues lo era, y con voz sonora canta el santo evangelio. Su voz potente y dulce, su voz
clara y bien timbrada, invita a todos a los premios supremos. Luego predica al pueblo que
asiste, y tanto al hablar del nacimiento del Rey pobre como de la pequeña ciudad de Belén dice
palabras que vierten miel” (1ª Celano, 84-86).

Papa Francisco: El Pesebre desde su origen franciscano es una invitación a “sentir” a “tocar” la
pobreza que el Hijo de Dios, eligió para sí mismo en su encarnación (Cart. Apost. Admirabile
Signum, 3)

San Francisco con este gesto, quiso contemplar la pobreza, la humildad y universalidad de la
Encarnación y el amor que Dios nos tiene al enviarnos a su propio Hijo.

Santa y feliz Navidad