El 14 de marzo tuvimos una jornada de formación online sobre “La Posverdad y las Fake News”, participamos las hermanas de toda la Congregación, esparcidas por África, Sudamérica y Europa. Esta formación fue conjunta con varias comunidades de hermanas Dominicas de la Presentación de diferentes naciones. 

Impartió la formación la hermana Gemma Morató, Dominica de la Presentación, doctora en humanidades, periodista y licenciada en teología moral.

Posverdad: Es lo que viene después de la verdad, no es la mentira es más perverso, es alterar la verdad y venderla. 

Hermana Gemma Morató

Estamos en una época en que la razón ha perdido su hegemonía, predominando la subjetividad. Estamos en un mundo de emociones. Todo es relativo, “todo depende de…” 

Para los medios escritos, radio, redes sociales lo importante es contar una historia y vender lo que la gente está dispuesta a escuchar. Y aquí está la responsabilidad personal, institucional, social: elegir la mentira vestida de verdad o la verdad al desnudo.

Fake news: Son noticias falsas, bulos, noticias basadas en las emociones y difundidas por los medios de comunicación, y cuyo objetivo es la desinformación. La manipulación es fácil porque hemos abandonado la lógica para vivir en el mundo de las emociones.

Hermana Gemma Morató

Ante esta realidad social, prestemos atención y reflexionemos antes de creer nada y sobre todo antes de compartir cualquier información que nos llegue.

El papa Francisco nos dice cómo defendernos de las noticias falsas: “El antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad es dejarse purificar por la verdad. En la visión cristiana, la verdad no es sólo una realidad conceptual que se refiere al juicio sobre las cosas, definiéndolas como verdaderas o falsas. La verdad no es solamente el sacar a la luz cosas oscuras, «desvelar la realidad», como lleva a pensar el antiguo término griego que la designa, aletheia (de  alethès, «no escondido»). La verdad tiene que ver con la vida entera. En la Biblia tiene el significado de apoyo, solidez, confianza, como da a entender la raíz ‘aman, de la cual procede también el Amén litúrgico. La verdad es aquello sobre lo que uno se puede apoyar para no caer. En este sentido relacional, el único verdaderamente fiable y digno de confianza, sobre el que se puede contar siempre, es decir, «verdadero», es el Dios vivo. He aquí la afirmación de Jesús: «Yo soy la verdad» (Jn 14,6). El hombre, por tanto, descubre y redescubre la verdad cuando la experimenta en sí mismo como fidelidad y fiabilidad de quien lo ama. Sólo esto libera al hombre: «La verdad os hará libres» (Jn 8,32) (Del Mensaje del Santo Padre Francisco para la 52 jornada mundial de las comunicaciones sociales)

«El antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad es dejarse purificar por la verdad.»

Hermana Gemma Morató